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sábado, 20 de junio de 2009

MALCOLM SCARPA EN LOS BILLARES DE ROMO

MALCOLM SCARPA EN LOS BILLARES DE ROMO-LAS ARENAS-GUECHO O EL TÍO DEL TRAJE VACÍO COLGADO DE UNA PARED SUCIA

Cito a Malcolm Scarpa: Miro un cuadro que hay colgado en la pared, está pintado realmente mal, pero hace dos años yo pensaba que era genial. Todo sigue idéntico en general, pero tus risas se han ido a otro lugar. Miro en el sofá y ya no estás.


Esta sensación más o menos es la que llevo yo después de haber estado en la Feria del Humor 2009 de Lejona, donde he visto el “compañerismo” que hay entre gente de la “cuadrilla”. Pero he de decir que gracias a haber ido a ver el día 19 de junio a la Feria del Humor 2009, me encontré en el Metro de Bilbao a Malcolm Scarpa con otro compañero al que conocía de vista, un tipo que tiene unos aires de Elvis Costello, y me dijeron que en los billares de la calle Urquizu de Romo – Las Arenas – Guecho – había un concierto de un tipo extraño mirando por encima de las gafas y hablando de pequeñas chicas, secretarias trabajando debajo de la mesa y arte decadente: el gran Malcolm.


En cuanto salí de la puerta del Metro-Bilbao y guiándome por los aros olímpicos que hay en cada estación –éstos son por duplicado-; me encontraba algo aturdido por haber visto sólo un par de fotos buenas en la exposición de la Feria del Humor. Pero ahora que estoy escuchando este pedazo de trabajo con un diseño cojonudo en la portada para empezar; se llama “El Traje Vacío” y sale un traje vacío donde se supone que está el cantante; estoy empezando a mascar los primeros acordes del disco y me he dado cuenta de que pocos discos hay hoy día como esta pequeña maravilla, lo tiene todo: introspección, psicodelia, música de salón, el absurdo de las palabras y mucho de Syd Barrett.


En directo Malcolm sólo le basta tener una guitarra, un amplificador y un juego de voces con dos altavoces para acallar a imbéciles que no paran de hablar. Repasa éxitos ocultos y otros no tan ocultos y talentos perdidos y cantantes y más cantantes. El habitáculo era enorme y mi resaca más. Y es ese viento maldito que no me deja respirar el que me empuja a ser más fuerte y pasar de estúpidos y estupideces. Estábamos algún loco que otro, sentados en aquel bar de madera llena de gente hasta que llegó Malcolm con su ejército de antipáticos animales psicodélicos. Y como cuando Chubby Checker en su apogeo y su “Let’s Twist Again” y demás gilipolleces, Malcolm hizo lo mismo que Checker con este último disco, y dando rienda suelta a su talentoso talento ha grabado un disco y como hiciera Chubby en su día que se fue a Holanda, se perdió por Amsterdamm se fumó unos petardos y grabó un disco de psicodelia. Todo un hito en la música del que poco se conoce. Y es que España no es país para genios y muchos países y este mundo en general no es justo con la gente que vale.


Había un perímetro de seguridad para proteger a Malcolm de sus propios fans. Tenía exactamente 7 discos para vender entre los 7 locos que había en los billares. Una hora bastó para acabar con el repertorio. Pantalones carmín de enfermera, zapatillas de moda –pero no mucho- y una sudadera negra del catálogo Carrefour. Un tío me dijo si el concierto empezaba ya, cuando era media hora más tarde de la hora prevista, y al acabar me preguntó otra vez que si el concierto había empezado a eso de las 22:15. La gente tiene el reloj biológico muy mal regulado…

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