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domingo, 29 de abril de 2007

LOS FASTUOSOS DE LA RIBERA... ENORMES...


LOS FASTUOSOS DE LA RIBERA EN RESIDENCE 20-5-2006

Como los Rolling Stones y su “Brown Sugar” nunca se pasan de moda, así ocurre con los Fastuosos de la Ribera o mejor dicho: “LFR”, es lo que ponía en las camisetas de estos chicos entrados en años, pero que no por eso han perdido nada de nada, y siguen dando mucha caña y nos siguen dando alegrías a todo el mundo que vamos a ver su forma de divertirse en el escenario y trasmitirnos su entusiasmo por el blues. Si sumamos los años que tengan todos ellos podemos irnos más atrás que la Guerra de Independencia contra las tropas de Napoleón.

La noche de ayer empezó con más que un ¿sobresalto?, no, sobresalto no es palabra, es ¿ensayo?, no tampoco es ensayo, no les hace falta ensayar nada, es más, aunque se equivoquen y se pasen el concierto mirándose unos a otros y encogiéndose de hombros mientras con un guiño, con una mirada, con una voz, con un acorde o con una voz del público, estos chicos no pueden parar de tocar, da la impresión de que son un grupo que tocará música hasta la muerte como les pasa a los Rolling, se morirán en un escenario y les tendrán que enterrar con sus instrumentos, esos pedazo instrumentos que vi con fundas de lujo, el guitarrista solista con dos Fender guapísimas, al baterista sólo le bastó tener un bombo, un platillo, un chaxton y una caja para hacer las delicias de todo el público y sin despeinarse dar toda una lección de lo que es llevar bien el ritmo y sin mucha floritura, para mí fue lo mejorcito del concierto, disfruté viendo cómo se lo pasaba este hombre tocando, ENORMEEEEEEEEEEE. En cuanto al resto de músicos, comentar que el harmonicista me puso los pelos de punta con esos toques de pantano de Florida que le supo dar, y ese bajo acústico qué bien sonaba señores, sin hablar de un momento estelar que tuvo el guitarrista de acompañamiento.

Lo mejor de la noche sin duda alguna es cuando una guiri, salió al escenario a cantarnos unos antiguos blues que nos pusieron los pelos como escarpias, no esforzó mucho la voz, pero nos dimos cuenta que en su voz había mucha historia, el quejío que se llama en flamenco. A mí me recordaba a Marianne Faithful en su etapa más tardía.

Bueno, en fin, que ya estáis tardando en ir a un concierto de LFR, es una experiencia maravillosa ver a estos cuarentones y su buen hacer, no te cansarías en toda la noche de verles. Y repito: ENORMES Y FASTUOSOS...