Pocos discos hay que traten el tema de la absenta y con tan buen gusto. La verdad es que no podía imaginarme un grupo más aparente para hacerlo que Blood Axis y los franceses Les Joyaux De La Princesse. No recuerdo muy bien el día, ni la hora ni el segundo que recibí un catálogo de música que llegó a mi buzón, y en el apartado de músicas ambientales había un disco que llamó mi atención gracias a que el grupo era Blood Axis, de los que ya conocía cosas suyas.
Al disco se le definía como un ejercicio para recuperar el tema de la absenta en el siglo XIX en toda Europa y más exactamente en Francia donde muchos artistas: pintores, escritores, músicos y todo tipo de gente de la calle consumían esta droga tan potente. La absenta sale de la planta del ajenjo. La palabra “absenta” viene del latín absinthium que a su vez procede del griego apsinthion, y significa “no bebible”, gracias a su sabor amargo. Hay varias clases de absenta, entre las que podemos destacar la absenta roja, la negra y la que ha dado más fama gracias a su color verde y también está asociada a ese espíritu del hada verde que dicen pueden ver los que la toman.
Cuando cayó en mis manos una joya tan grande, al menos para mí, fue como una adicción y escuchar este disco una y otra vez con incienso a la luz de una vela, provocaba en mí unas ganas de escribir, fotografiar y la adopción de nuevas ideas de ésas que están en el aire y las coges al vuelo. Quizá a partir de las siguientes líneas de alguna manera logre contagiaros el entusiasmo que tuve cuando escuché este disco. Aún hoy lo sigo teniendo como oro en paño en mi colección.
En portada: Hay un cuadro con una mujer de pelo rojo, con una copa de absenta en la mano, ofreciéndosela a los dioses con un fondo negro y con un lema que dice: Absinthe: La Folie Verte (algo así como “La Locura Verde”). Seguimos investigando a través del tacto y tenemos una edición digipack con papel de gran calidad con brillo y un montón de flores alrededor de ese cuadro que simboliza al espíritu de la absenta. Seguidamente giramos el disco y en la contraportada tenemos un menú donde aparecen todas las formas que hay para prepararse una absenta, odas a la absenta y ese aire antiguo que te traslada a aquellas calles húmedas del París del siglo XIX. Sencillamente cuando escribo esto tengo una sensación muy especial, porque el disco te transmite eso sin tener la necesidad de haber estado allí.
La primera canción comienza con un caos de voces que repite “I Am The Green Fairy”, “What I Need Is Blood, Red and Hot”,… “I Am Shame, I Am Dishonor, I Am Death, I Am Absynthe”. Tan antiguo como el hombre, ese gusto por lo sombrío, pero sin embargo nos fascina. Comienza a sonar un violín rasgando las voces de raíz y van a dar paso a otras voces de ultratumba cuando las sustancias que están dentro del líquido elemento entran en contacto con la sangre, se propagan por el cerebro, el cuerpo y explotan en una extraña danza interior; ésta era la primera canción “La Folie Verte”.
Tras todo el caos viene el vuelo hacia el infinito y lo desconocido, donde no perdemos la idea de la realidad pero casi… Comienza a sonar “Symphonie Verte”, donde suenan unos sintetizadores arreglados con unos efectos de eco y sonidos de opereta suenan de fondo. Es cuando Michael Moynihan, el líder de Blood Axis, recita unos versos en inglés, que dicen así: y aquí estoy un absentómano en la ciudad de la absenta…
En “Minutes d’Absinthe” el sentimiento de la absenta y todo lo que le rodea como algo romántico, está muy presente en la siguiente canción donde Annabel Lee la violinista del grupo acompaña al bebedor imaginario de la canción que acostado en una mesa escribe versos a la dama verde.
Para mí la parte más densa viene a partir de ahora, cuando se hace un trabajo fuera de lo común de sonidos ásperos y a la vez psicodélicos, donde la sinestesia y la locura son uno. La canción es “Absinthia Taetra (Opaline)”, donde cuenta cómo se prepara una antorcha de absenta que consiste en mezclar 3 partes de agua con una de absenta, previamente echando la absenta en una copa preparada para ello y depositando un azucarillo encima de una cucharilla especial encima del canto de la copa y vertiendo el líquido verde que oscila entre los 50 grados hasta los 85 grados, se empapa bien el azucarillo; se le prende fuego para que se caramelice el azúcar, se vierten las 3 partes de agua bien fría encima y se revuelve el preparado con la cucharilla para rebajarlo, y es aquí cuando cambia de color; de ahí que la canción relate este hecho: green changed to white, emerald to opal, nothing was changed… (el verde cambia a blanco, el esmeralda a ópalo, nada cambió…
En la siguiente canción: Poison Vert, el ambiente se hace todavía más opresivo, las sensaciones al escuchar una orquesta de viento a lo lejos y un melotrón acompañándolo nos hacen creer que estamos en el mismísimo purgatorio. Las voces metálicas y recortadas nos acompañan en este viaje. Es un caramelo amargo para degustar en ocasiones especiales.
Avec Les Fleurs… Avec l’Absinthe (wiht flowers and with women), supongo que es una manera de hablarnos de alguna manera de que estamos en Francia con bailarinas de can-can, con una orquesta decadente y flores en una mesa y toneladas de absenta flotando en el aire. No llueve agua, sino absenta.
Es en este momento en el que el escuchante se ve atrapado por el disco, o una de dos, lo sigues escuchando con todas las consecuencias o lo paras; no queda otra. Para seguir contando las sensaciones del disco voy a tener que escucharlo. Os aviso, es peligroso. Absinthine, es el séptimo tema y el más duro de oír, porque es cuando se relata el viaje de locura en una borrachera de absenta donde el protagonista pierde la noción de la realidad, y comienza con estas palabras: aquella noche bebí profundamente y de forma continuada de mi néctar favorito. Se comienza a escuchar un ruido chirriante desde lejos pero que va acercándose; nos da la impresión de que alguien se ha peleado, alguien ha viajado a otra dimensión, o que nosotros cuando lo escuchamos sentimos esa sensación de hundirnos en el suelo y ver el techo cada vez más alto.
Como después de haber recorrido un largo y tortuoso camino, la cosa se calma, y un órgano ensordecedor nos recibe en un pasillo enorme e iluminado: es cuando hemos visto al hada verde.
Puede ser que estemos muertos, o es posible que estemos vivos y flotando en el espacio; quizá estemos contando nubes con una copa de absenta en la mano, contando nubes blancas. El viaje ha acabado. Y aviso: no es para estómagos delicados y es como una medicina, hay que tomar cuando haga falta.