RADIO FUTURA – Annabel Lee
Una historia truculenta y de amor. Esta canción de Radio Futura basada en un poema del alcohólico escritor de sobra conocido por los más atormentados locos de la literatura. Ese personaje es Edgar Allan Poe.
Los maestros de ese grupo español, que es Radio Futura, compusieron música para este poema en forma de tragedia; en realidad una historia de amor profundo, tan profundo que habla en esencia, del amor eterno, más allá de la vida.
En la madurez de la carrera de este grupazo, sacaron un disco en 1987, para mí uno de los mejores, sin contar con el mítico “La Ley del Desierto, La Ley del Mar”, que contaba con canciones tan buenas como “Escuela de Calor”, “Hadaly” o “Semilla Negra”. Orientados ya en este disco a un sonido más funky, con influencias claramente latinas, dan un giro de timón a un disco mucho más perfecto, grabado en N.Y.C., o sea, New York City. Parece que los grupos españoles siempre han tenido problemas para buscar productores que den un sonido adecuado a sus expectativas.
Pues bien, este disco del que estamos hablando se titula “La Canción de Juan Perro”. Lo de Juan Perro, ya da pistas de que Santiago Auserón será carne de perrera en el futuro, y seguirá componiendo en aras de la poesía y las ciencias, como buen estudioso en la materia que es. Annabel Lee es la joya del disco, indiscutiblemente, aunque también tengamos “El Canto del Gallo”, que bueno, merece una escucha; ese sonido tórrido y lleno de sabores, con el que no paras de mover los pies y no puedo evitar que se me ponga la carne de gallina, con esas subidas y bajadas en la voz de Auserón.
Comienza con un piano electrónico, dándonos un aviso de que el tema, es crucial para el disco, siguiendo con unas guitarras acústicas bien sonorizadas y colocadas, unas guitarras eléctricas densas, y una batería y bajo equilibrados. Pero sin duda, lo mejor de la canción es la letra, perfectamente adaptada a lo sinuoso del tema. Modela de forma magistral la poesía Santiago Auserón, con esa voz suya tan personal.
El tema es candente siempre, eterno y precioso; eso que ya no se lleva que es el romanticismo; hoy día todo se hace por interés, a excepción de algunos artistas que mueren en el intento, e incluso utilizan su cuerpo para tener experiencias que les den la inspiración, en el caso de Edgar Allan Poe, era su fuerte, un alcohólico que en sus viajes de delirium tremens, relataba historias tétricas. Esos viajes astrales que relataba en sus cuentos son una buena prueba de ello.
Un amor adolescente, entregado y descarnado, es el punto principal del tema. En el poema mezcla partes de realidad, partes morbosas y partes místicas, hablando de ángeles, dioses. No está muy claro de lo que habla cuando pronuncia esta frase: “Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche, para helar el corazón de la hermosa Annabel Lee”. A mí por lo menos me viene la imagen de un relámpago bajando de una nube y matando a la bella Annabel Lee.
Y el amor es tal, que el protagonista masculino de la historia, se queda guardando la tumba de la bella adolescente, que aunque muerta, sigue comunicándose con los vivos después de enterrada. Y he aquí lo bello del tema; equipara el sentimiento del amor, que es tan profundo como la muerte. Son cosas que no comprendemos todavía; por eso nos dan una sensación de vértigo al pensarlas.
Me parece magistral la parte final de la canción, que dice así: “Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores; que saben más, como dicen, de las cosas de la vida; y ni los ángeles del cielo, ni los demonios del mar; separarán jamás mi alma del alma de Annabel Lee”. Me recuerda mucho al Drácula de Coppola cuando dice Gary Oldman interpretando a Drácula y ve a Mina –HE CRUZADO OCÉANOS DE TIEMPO PARA VERTE-. Es más que una simple frase, implica un vínculo eterno.
Me da una sensación de intranquilidad existencial, cuando pienso que una persona se podría quedar eternamente al lado de un sepulcro, velando un muerto eternamente, viendo en el cielo, signos de la muerta amada. Me vienen unas heladoras sensaciones, cuando pienso que esto podría ser algo más que muerte simplemente, para convertirse en una ventana en el tiempo y encontrarse vida y muerte en este mundo.
El secreto está en el aire y en las dimensiones, y puede que estemos en mundos paralelos sin saberlo. Y encontrar esa puerta, es la muerte o puede que el nacimiento. Pero la muerte con el amor no es tal. Nos lo llevamos con nosotros al más allá, de eso estoy seguro; y creo que muchas decisiones las tomamos alentadas por personas que no vemos.
Ahí quede eso, y os insto a pensar en ello a la luz de una vela, acompañado de alguna bebida espirituosa.
http://www.libreriahispana.com/idiomas/eap_lee.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Allan_Poe
http://www.youtube.com/watch?v=NZEBCFgyqm8
Una historia truculenta y de amor. Esta canción de Radio Futura basada en un poema del alcohólico escritor de sobra conocido por los más atormentados locos de la literatura. Ese personaje es Edgar Allan Poe.
Los maestros de ese grupo español, que es Radio Futura, compusieron música para este poema en forma de tragedia; en realidad una historia de amor profundo, tan profundo que habla en esencia, del amor eterno, más allá de la vida.
En la madurez de la carrera de este grupazo, sacaron un disco en 1987, para mí uno de los mejores, sin contar con el mítico “La Ley del Desierto, La Ley del Mar”, que contaba con canciones tan buenas como “Escuela de Calor”, “Hadaly” o “Semilla Negra”. Orientados ya en este disco a un sonido más funky, con influencias claramente latinas, dan un giro de timón a un disco mucho más perfecto, grabado en N.Y.C., o sea, New York City. Parece que los grupos españoles siempre han tenido problemas para buscar productores que den un sonido adecuado a sus expectativas.
Pues bien, este disco del que estamos hablando se titula “La Canción de Juan Perro”. Lo de Juan Perro, ya da pistas de que Santiago Auserón será carne de perrera en el futuro, y seguirá componiendo en aras de la poesía y las ciencias, como buen estudioso en la materia que es. Annabel Lee es la joya del disco, indiscutiblemente, aunque también tengamos “El Canto del Gallo”, que bueno, merece una escucha; ese sonido tórrido y lleno de sabores, con el que no paras de mover los pies y no puedo evitar que se me ponga la carne de gallina, con esas subidas y bajadas en la voz de Auserón.
Comienza con un piano electrónico, dándonos un aviso de que el tema, es crucial para el disco, siguiendo con unas guitarras acústicas bien sonorizadas y colocadas, unas guitarras eléctricas densas, y una batería y bajo equilibrados. Pero sin duda, lo mejor de la canción es la letra, perfectamente adaptada a lo sinuoso del tema. Modela de forma magistral la poesía Santiago Auserón, con esa voz suya tan personal.
El tema es candente siempre, eterno y precioso; eso que ya no se lleva que es el romanticismo; hoy día todo se hace por interés, a excepción de algunos artistas que mueren en el intento, e incluso utilizan su cuerpo para tener experiencias que les den la inspiración, en el caso de Edgar Allan Poe, era su fuerte, un alcohólico que en sus viajes de delirium tremens, relataba historias tétricas. Esos viajes astrales que relataba en sus cuentos son una buena prueba de ello.
Un amor adolescente, entregado y descarnado, es el punto principal del tema. En el poema mezcla partes de realidad, partes morbosas y partes místicas, hablando de ángeles, dioses. No está muy claro de lo que habla cuando pronuncia esta frase: “Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche, para helar el corazón de la hermosa Annabel Lee”. A mí por lo menos me viene la imagen de un relámpago bajando de una nube y matando a la bella Annabel Lee.
Y el amor es tal, que el protagonista masculino de la historia, se queda guardando la tumba de la bella adolescente, que aunque muerta, sigue comunicándose con los vivos después de enterrada. Y he aquí lo bello del tema; equipara el sentimiento del amor, que es tan profundo como la muerte. Son cosas que no comprendemos todavía; por eso nos dan una sensación de vértigo al pensarlas.
Me parece magistral la parte final de la canción, que dice así: “Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores; que saben más, como dicen, de las cosas de la vida; y ni los ángeles del cielo, ni los demonios del mar; separarán jamás mi alma del alma de Annabel Lee”. Me recuerda mucho al Drácula de Coppola cuando dice Gary Oldman interpretando a Drácula y ve a Mina –HE CRUZADO OCÉANOS DE TIEMPO PARA VERTE-. Es más que una simple frase, implica un vínculo eterno.
Me da una sensación de intranquilidad existencial, cuando pienso que una persona se podría quedar eternamente al lado de un sepulcro, velando un muerto eternamente, viendo en el cielo, signos de la muerta amada. Me vienen unas heladoras sensaciones, cuando pienso que esto podría ser algo más que muerte simplemente, para convertirse en una ventana en el tiempo y encontrarse vida y muerte en este mundo.
El secreto está en el aire y en las dimensiones, y puede que estemos en mundos paralelos sin saberlo. Y encontrar esa puerta, es la muerte o puede que el nacimiento. Pero la muerte con el amor no es tal. Nos lo llevamos con nosotros al más allá, de eso estoy seguro; y creo que muchas decisiones las tomamos alentadas por personas que no vemos.
Ahí quede eso, y os insto a pensar en ello a la luz de una vela, acompañado de alguna bebida espirituosa.
http://www.libreriahispana.com/idiomas/eap_lee.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Allan_Poe
http://www.youtube.com/watch?v=NZEBCFgyqm8
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