Mahaster River, se podría decir que son un trío a la antigua usanza. Uno de esos tríos que mezclan a la perfección un montón de músicas de los 70; lo mejor del rock sinfónico, lo mejor del proto-heavy, lo mejor del folk inglés, ciertos tintes de jazz en su música se adivinan también, y asimismo son capaces de tocar un “Stormy Monday” al más puro estilo “free” –es decir, un modelo musical libre-. Sus conciertos son divertidísimos y participativos.
Ellos vienen de Bergara (Guipúzcoa) y es uno de esos pueblos perdidos en la inmensidad de las estribaciones de la Cordillera Cantábrica. Un estilo fresco y fácilmente reconocible les avala allá donde van; un sonido recién salido de una tartera con lo mejor de nuestra cocina vasca. Son tres chicos con ganas de agradar al público (pero es que el público del Residence siempre se lo pone fácil, y se sienten como en casa)… y Tienen nombre: Unai Azkarate (guitarra eléctrica y voz), Fernando Laskurain (guitarra de doce cuerdas), y Mikel Azkargorta (bajo eléctrico).
Al finalizar al concierto les dije lo que siempre me gusta decir a un grupo; que si sois muy buenos, que si tenéis una vitalidad de la ostia, que tenéis al público comiendo de vuestra mano, que si me firmáis por favor el disco que os he comprado –para el Doctor Rober con mucho amor-, que tenéis unas bases musicales muy buenas, contando con la música de cabecera de los 3 empieza por los grandes Led Zeppelin. Y es que en realidad Mikel toca el bajo como John Paul Jones, uno de mis héroes de juventud y de lo que me quede de vida; me entusiasman esas bases de bajo y la guitarra de doce cuerdas que me recuerdan al más puro estilo acústico de Led Zeppelin. Y estoy escuchando el disco ahora, la canción número 6 llamada “Rollo Folk” y es una verdadera pasada cómo juegan con la incertidumbre del escuchante a darle a probar lo mejor de su música…
Cantan en dos idiomas: en eusquérico bergarano* e inglés. Unai hace su papel de líder a las mil maravillas; no en vano, la posición de los 3 en el escenario es como si de un aquelarre acústico se tratara; Unai está de pie y en el medio, y aunque se mueve mucho no pierde la posición, y tiene todo lo que se puede pedir a un cantante, que es la dosis justa de locura y la dosis justa de cordura, por lo menos en el escenario; y también tenemos a dos maestros, uno acariciando el bajo de forma que envuelve el sentido auditivo, y el otro haciendo sonar la guitarra de doce cuerdas que le da una profundidad acojonante a todo el espectáculo. Puede ser que metiendo una percusión a lo John Bonham podría quedar excesivo, y un baterista al más puro estilo Mitch Mitchell podría ser perjudicial para la limpieza de su sonido, así que me inclino más hacia un percusionista que mantenga un ritmo; les vendría muy bien.
Cuando hablaba del aquelarre puedo exagerar o no… He visto pocas veces tan engorilaos a todos los guiris del Residence después de ver el Torneo de las Seis Naciones de Rugby, pero es que los ya conocidos Pauline y sus amigos agregados por la marcha, hicieron que aquello pareciera un permiso de locos fuera del frenopático; Pauline bailando como sólo ella sabe hacer, un personaje rubio y escuálido rompiéndose las palmas que pudo hacerse daño perfectamente –se ganó una pinta de parte del cantante-, y otro agregado a última hora, un hombre de negocios disfrazado el fin de semana. Y todo el que entraba por la puerta tenía la obligación de bailar con Pauline.
Una cosa que siempre me ha gustado de Mahaster River es la manera que tienen de entusiasmar al público, con el desparpajo de Unai y sus formas de rockero loco, subiéndose a todo lo que tenga una superficie dura y resistente; el suelo también vale para revolcarse en el mar de cigarros apagados y algún que otro hielo que haya pasado por el cuello de alguna chica. En fin chicos, que en Bilbao se os quiere y aunque no traigáis a todo vuestro ejército de fans, fons y fins, sabéis que contáis con los mejores fans que podéis tener: esos que todavía no saben de vuestra existencia. Un gran abrazo amigos, me siento como en casa cuando venís a tocar a mi ciudad.
*Dícese del euskera que se habla allende los ríos corren libres, las montañas se acercan peligrosamente a la locura de los hombres, y tiene mucho que ver con el lenguaje universal de los signos; en la música van implícitos todos estos aspectos del susodicho idioma. Un idioma capaz de trasladarnos al far west –o sea Bilbao- desde Bergara ¡a Pamplona hemos de ir!
www.mahaster-river.blogspot.com
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NOTA: Y por cierto, me ha encantado ese guiño a John Coltrane que habéis hecho en el segundo tema del disco, ese pedazo de tema “My Favorite Things”, y por supuesto la versión de The Shadows - “Apache”.
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