ANKITONER METAMARS (27-11-2008 en Bullit)
No sé exactamente lo que es la realidad, lo que es la locura, lo que es la cordura, en qué consiste la profundidad de campo de una fotografía, nunca he estado en un picnic americano con moscas y con avispas. Lo único que sé es que después de haber estado en…No sé muy bien el tiempo que he gastado en mi existencia en el Bullit. No sé muy bien el ruido que he escuchado hasta llegar a mi casa y ver la verdadera realidad de la vida, la verdadera verdad, la verdadera realidad del ruido, la verdadera divinidad de lo no divino… Todavía no sé muy bien lo que es la realidad.
Dos tíos plantados en un escenario después de haber pimplado cientos de vasos de tubo manchados de JB. 4.44 dura la segunda canción del disco de ANKITONER METAMARS, y precisamente éstas son las cosas que me llaman la atención de cuando escucho un disco. Esto es lo que llama la atención de un músico después de dar un recital: que le compren un disco.
Pero es que yo no sólo tengo bastante con descargarme un disco a través de unas telarañas cibernéticas, debo tener un formato lleno de puntos binarios con unas ondas sonoras, en este caso me hablan de un caleidoscopio electrónico que me vuelve loco. Ese caleidoscopio divino, que a la vez es satánico; la dualidad sonora, la dualidad alcohólica, la dualidad envenenada de esa ponzoña ruidosa y corrosiva.
El disco se compone de dos caras, aunque sólo tenga una. Pero es que la realidad del disco compacto es ésta: son dos caras en una. Con la tecnología podemos tener muchas caras, incluso las caras que ponemos nosotros al escucharlo. Todo lo que escuchamos tiene un precio. El ruidismo no es gratuito. Tienes que pagar 5 € por una entrada, y no es suficiente, porque una puta, llamada camarero te pide dinero por una birra que cuesta 2,50€ por una cerveza de botellín. Juntando dos te salen esos 5 €, y ya hemos completado el círculo.
No penséis que estoy loco, lo único que estoy haciendo es reivindicar el poder del absurdo en un mundo jodidamente cuerdo. Anki Toner & Javier Piñango forman este dúo de ruidismos sin fin y terrores nocturnos. La mar de ruidos que he escuchado, el club de los resentidos en el que estamos todos, la maraña de pulgas que nos pican cuando me rugen los tímpanos, no es ninguna invención.
Hay un tiempo para todo, para amar, para escuchar, para encender tu ordenador en tu solitaria habitación. Hay un momento en el que decir “aleluya” es la solución. Es precisamente este momento en el que acabo de venir de un conglomerado de estilos y de locales, cuando me doy cuenta de que la fina línea de lo peligroso y lo divino están unidos; por eso tengo que decir “aleluya” ¡chicos!
He comprado un disco que puede descargarse por Internet, pero yo he querido comprarlo, y por eso este acto de un ángel caído en combate musical y ruidista, se merece una dedicatoria Coheniana, y digamos que es un tributo a todos los perdidos en ese espacio infinito lleno de locos divagando en un mar de dudas.
El que me conozca, ya sabe que estoy divagando. El que no me conozca no sabrá que estoy divagando. Y el que me conozca demasiado sabe que esto lo hago por amor al arte. A todos ellos, los que me leen por amor al arte, a la música, a las letras y a las rimas sin sentido. A todos ellos va dirigida esta misiva de locos asesinos y vociferantes.
Por Ankitoner Metamars, y el Cristo verdadero. Por todo aquello que nos dé libertad creativa. Esto no es una crónica. Es más o menos una crónica que cuenta lo que ha pasado, pero tengo tantas cosas en la cabeza y hay tantas guerras interiores en las cabezas de la gente, que me gustaría saber cuándo acabará. Pero a mí se me hace cortísimo, cuando logran atrapar la corriente cerebral oculta que tengo muy dentro de mí, pasa esto: EL CAOS.
No sé exactamente lo que es la realidad, lo que es la locura, lo que es la cordura, en qué consiste la profundidad de campo de una fotografía, nunca he estado en un picnic americano con moscas y con avispas. Lo único que sé es que después de haber estado en…No sé muy bien el tiempo que he gastado en mi existencia en el Bullit. No sé muy bien el ruido que he escuchado hasta llegar a mi casa y ver la verdadera realidad de la vida, la verdadera verdad, la verdadera realidad del ruido, la verdadera divinidad de lo no divino… Todavía no sé muy bien lo que es la realidad.
Dos tíos plantados en un escenario después de haber pimplado cientos de vasos de tubo manchados de JB. 4.44 dura la segunda canción del disco de ANKITONER METAMARS, y precisamente éstas son las cosas que me llaman la atención de cuando escucho un disco. Esto es lo que llama la atención de un músico después de dar un recital: que le compren un disco.
Pero es que yo no sólo tengo bastante con descargarme un disco a través de unas telarañas cibernéticas, debo tener un formato lleno de puntos binarios con unas ondas sonoras, en este caso me hablan de un caleidoscopio electrónico que me vuelve loco. Ese caleidoscopio divino, que a la vez es satánico; la dualidad sonora, la dualidad alcohólica, la dualidad envenenada de esa ponzoña ruidosa y corrosiva.
El disco se compone de dos caras, aunque sólo tenga una. Pero es que la realidad del disco compacto es ésta: son dos caras en una. Con la tecnología podemos tener muchas caras, incluso las caras que ponemos nosotros al escucharlo. Todo lo que escuchamos tiene un precio. El ruidismo no es gratuito. Tienes que pagar 5 € por una entrada, y no es suficiente, porque una puta, llamada camarero te pide dinero por una birra que cuesta 2,50€ por una cerveza de botellín. Juntando dos te salen esos 5 €, y ya hemos completado el círculo.
No penséis que estoy loco, lo único que estoy haciendo es reivindicar el poder del absurdo en un mundo jodidamente cuerdo. Anki Toner & Javier Piñango forman este dúo de ruidismos sin fin y terrores nocturnos. La mar de ruidos que he escuchado, el club de los resentidos en el que estamos todos, la maraña de pulgas que nos pican cuando me rugen los tímpanos, no es ninguna invención.
Hay un tiempo para todo, para amar, para escuchar, para encender tu ordenador en tu solitaria habitación. Hay un momento en el que decir “aleluya” es la solución. Es precisamente este momento en el que acabo de venir de un conglomerado de estilos y de locales, cuando me doy cuenta de que la fina línea de lo peligroso y lo divino están unidos; por eso tengo que decir “aleluya” ¡chicos!
He comprado un disco que puede descargarse por Internet, pero yo he querido comprarlo, y por eso este acto de un ángel caído en combate musical y ruidista, se merece una dedicatoria Coheniana, y digamos que es un tributo a todos los perdidos en ese espacio infinito lleno de locos divagando en un mar de dudas.
El que me conozca, ya sabe que estoy divagando. El que no me conozca no sabrá que estoy divagando. Y el que me conozca demasiado sabe que esto lo hago por amor al arte. A todos ellos, los que me leen por amor al arte, a la música, a las letras y a las rimas sin sentido. A todos ellos va dirigida esta misiva de locos asesinos y vociferantes.
Por Ankitoner Metamars, y el Cristo verdadero. Por todo aquello que nos dé libertad creativa. Esto no es una crónica. Es más o menos una crónica que cuenta lo que ha pasado, pero tengo tantas cosas en la cabeza y hay tantas guerras interiores en las cabezas de la gente, que me gustaría saber cuándo acabará. Pero a mí se me hace cortísimo, cuando logran atrapar la corriente cerebral oculta que tengo muy dentro de mí, pasa esto: EL CAOS.
Para más información y descargas:
Yo podría haber descargado el disco de internet, pero me apetecía comprarlo también. Os animo a que lo que os guste de verdad lo compréis. A mí este proyecto me ha gustado.
Más información:
En la foto está Anki Toner tocando la armónica entre el público y el que se ve con cara de éxtasis, es el archiconocido en Bilbao Álvaro Brutus, autor de un tributo a The Velvet Underground, con grupos de la tierra y grupos amigos de la música de los neoyorquinos.
ANKITONER METAMARS son:
Anki Toner: voz y ruidos
Javier Piñango: ruidos varios.
1 comentario:
El desenfado y conocimiento con que e mueves en este mundo musical, tiene garra, ironía, sentido de la realidad e ir al grano sin mixtificaciones, al pan, pan y al vino, vino, y al que le pique que se joda...cojonudo tu blog...un abrazo de un guiputxe de Donosti....azpeitia
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