MITCH MITCHELL HA MUERTO
Me he enterado esta mañana gris, fría y lluviosa que uno de los grandes, uno de mis ídolos de juventud y de lo que me resta de vida, ha muerto. Él se llamaba Mitch Mitchel, más conocido como baterista del primer gran trío, y más célebre de aquella época, llamado The Jimi Hendrix Experience.
Mitch era el único superviviente de la banda, que dicho sea de paso, era el que mejor se complementaba con el gran genio del trío: Jimi Hendrix. Ahora mismo estoy flipando con una de mis canciones favoritas –Spanish Castle Magic- del segundo disco de la banda: Axis-Bold As Love, grabado en 1967 a toda prisa tras el superéxito de la banda con su primer disco "Are You Experienced?"
Parece ser que ha muerto de causas naturales en una habitación de hotel en Portland (Oregon) - Estados Unidos. Ha cogido de sorpresa a todo el mundo, ya que estaba actuando en un festival que se llamaba “Experience Hendrix Tour”; y según los testimonios de los más allegados decían que se le veía más vital que nunca. Es lo de siempre, cuando más ganas tienes de hacer cosas, y más ilusión le pones a todo, siempre tiene que pasar algo jodidamente malo.
Mitch Mitchel ha participado entre otros proyectos, en aquel famoso “Rock And Roll Circus” que organizaron The Rolling Stones, y donde también estaba gente como Eric Clapton, John Lennon y Yoko Ono, con una banda que se llamaba The Dirty Mac. Por allí aparecieron los Jethro Tull, The Who…
Siempre me gustó su forma de tocar agresiva, pero a la vez delicada. Atrapando el caos de Jimi Hendrix en redobles imposibles. Mientras escucho Little Wing, esta canción tan hermosa, me despido de otro de los grandes. Ahora cierro los ojos y sigo soñando con aquellas estridencias sonoras de los sesenta, que comenzaron con el mago de la electricidad que logró domar lo más ansiado del ser humano: el poder del metal, de la espada del rey Arturo, y la magia imperturbable del rayo. Pero como decía aquella canción del grupo español Los Módulos –Todo tiene su fin-, y desgraciadamente eso es lo que hay. Descansa en paz amigo.
Me he enterado esta mañana gris, fría y lluviosa que uno de los grandes, uno de mis ídolos de juventud y de lo que me resta de vida, ha muerto. Él se llamaba Mitch Mitchel, más conocido como baterista del primer gran trío, y más célebre de aquella época, llamado The Jimi Hendrix Experience.
Mitch era el único superviviente de la banda, que dicho sea de paso, era el que mejor se complementaba con el gran genio del trío: Jimi Hendrix. Ahora mismo estoy flipando con una de mis canciones favoritas –Spanish Castle Magic- del segundo disco de la banda: Axis-Bold As Love, grabado en 1967 a toda prisa tras el superéxito de la banda con su primer disco "Are You Experienced?"
Parece ser que ha muerto de causas naturales en una habitación de hotel en Portland (Oregon) - Estados Unidos. Ha cogido de sorpresa a todo el mundo, ya que estaba actuando en un festival que se llamaba “Experience Hendrix Tour”; y según los testimonios de los más allegados decían que se le veía más vital que nunca. Es lo de siempre, cuando más ganas tienes de hacer cosas, y más ilusión le pones a todo, siempre tiene que pasar algo jodidamente malo.
Mitch Mitchel ha participado entre otros proyectos, en aquel famoso “Rock And Roll Circus” que organizaron The Rolling Stones, y donde también estaba gente como Eric Clapton, John Lennon y Yoko Ono, con una banda que se llamaba The Dirty Mac. Por allí aparecieron los Jethro Tull, The Who…
Siempre me gustó su forma de tocar agresiva, pero a la vez delicada. Atrapando el caos de Jimi Hendrix en redobles imposibles. Mientras escucho Little Wing, esta canción tan hermosa, me despido de otro de los grandes. Ahora cierro los ojos y sigo soñando con aquellas estridencias sonoras de los sesenta, que comenzaron con el mago de la electricidad que logró domar lo más ansiado del ser humano: el poder del metal, de la espada del rey Arturo, y la magia imperturbable del rayo. Pero como decía aquella canción del grupo español Los Módulos –Todo tiene su fin-, y desgraciadamente eso es lo que hay. Descansa en paz amigo.
1 comentario:
También me apena verdaderamente. Cuando alguien que aprecio, aunque sea lejano, desaparece para siempre, arrastra con él parte de mi pasado, de mis recuerdos, quizás los momentos más importantes de mi vida.
En mi despedida solo le doy las GRACIAS.
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