Hay días en que ver un concierto
es toda una experiencia religiosa. Los Guadalupe Plata tienen nombre religioso,
nombre de virgen. Son de Jaén y tienen la capacidad de ponerte el vello de
punta del principio hasta el final de sus conciertos. Es un trío que tocan:
batería, guitarra y diferentes líneas de bajo.
Es curioso el efecto creado por
Guadalupe Plata, ha sido una historia de boca a boca, la gente ha ido diciendo
lo buenos que son en directo; a través de internet en los vídeos colgados en
youtube, se han ido ganando una fama de golfos sucios, adeptos a los malos ambientes.
Tienen tres clases de sonido: uno
lento, uno templado a medio tiempo y el otro anfetamínico. Su sonido es
cavernoso y muy oscuro. Tienen líneas de bajo que me recuerdan a The Doors en
directo, el músico de blues más parecido a ellos es Hound Dog Taylor, pero lo
que les diferencia es ese poso andaluz que tienen en su música mística. Unas
letras obsesivas y primitivas; de unos acordes de alambre de espino, pasan a la
rapidez de una bala, hasta hacer que la gente se vuelva completamente loca. Los
temas recurrentes del blues: el amor no correspondido, la muerte, la desdicha
de vivir jodido, todo esto lo unen de una manera que atrapan al que los ve
desde el minuto cero hasta el minuto final, sin descanso, sin final, sin
piedad, sin sutilezas, nos dan en la cara con esa descarga eléctrica
anfetamínica.
Canciones como “Rata” o “Milana”
son esos temas que te ponen firme y con la sensación eléctrica desde los
talones hasta la nuca, el cerebro se contrae con los watios sordos y el corazón
se expande; canciones como “Jesús Está Llorando” apelan a sus raíces andaluzas
y por ende profundamente religiosas, la estructura de muchas de ellas fusionan
el blues más salvaje con las estructuras de marchas de Semana Santa.
Estoy muy emocionado después de
ver a estos bestias del escenario, peleas incluidas y mucha enajenación mental,
caos, desorden, alcohol y sudores… Esto es lo que escribía en mi muro de
facebook esta mañana al levantarme:
"Increíbles ayer los Guadalupe Plata; un trío de Jaén vinieron a traernos los sonidos cavernarios del blues desde una ciudad del Sur de España, los ritmos frenéticos, la gente moviéndose como loca, alguna que otra pelea de gente que no sabe divertirse sin liarla; Hound Dog Taylor en estado puro, el blues sucio en su versión más cruda.
Cadenas, sudores, tierra de cementerio y la novia cadáver saliendo desde los mismísimos infiernos para bailar con nosotros y ver el espectáculo tétrico-musical de Guadalupe Plata. Enfermos del blues al aparato, pongan sus máquinas de blues a funcionar, han llegado los magos de la electricidad hispánica."
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