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miércoles, 9 de mayo de 2007

RUAILLE BUAILLE EN RESIDENCE - ¡RULA BULA!


RUAILLE-BUAILLE en Residence Café 23-6-2006

Cuando el amigo Brendan cogió su viejo barco y su botella de whisky para descubrir el nuevo mundo, además de encontrarse con el nuevo mundo, se debió de encontrar con un barco fantasma vagando por las frías aguas del Atlántico Norte, por ahí en Terranova; un barco fantasma donde iban los componentes del grupo Ruaille-Buaille, o mejor dicho, para los no doctos en estos temas de los trabalenguas, Rula-Bula, que más bien parece una palabra de un idioma africano.

Ayer día 23 de junio de 2006, pudimos ver un concierto lleno de vibraciones añejas y con un montón de canciones populares repletas de mensajes de añoranzas y alegrías etílicas. En fin señores, que vimos un concierto espectacular para el que le guste tomarse una pinta de Guiness tras otra, y creedme, la cerveza negra sabe mucho mejor cuando unos músicos como estos nos inundan los oídos con melodías perdidas en el tiempo de las llanuras verdes y frías de Irlanda.

El grupo está compuesto por: DUNCAN BENNETT – voz y guitarra; MIKE MURPHY – concertina; AITOR GOROSTIZA – whistles, boha, armónica; ALBERTE SAN MARTÍN – whistles y gaita gallega; KIKE PÉREZ – violín y bohdrán. A cada cual de ellos más bueno tocando. En concreto hubo uno de los músicos que me quedé con la boca abierta porque tocaba de memoria todas las canciones –éste es el de la concertina, que es una acordeón pequeña- . Le veías y parecía que se dormía tocando y que tenía un chip detrás en la espalda, que cuando le tocaban, se ponía a tocar viejas canciones del puerto de marineros y le salían unas bonitas melodías después de depositar unas cuantas monedas en su sombrero. En cuanto al otro elemento del grupo muy importante, y que es el que ponía la sal con su acento graciosísimo, éste era el guitarrista y vocalista, que con su gracejo y presentaciones de las canciones, puso la nota festiva al concierto. En cuanto al resto de la formación se acoplan perfectamente al núcleo del grupo; son una gente que se nota que saben de música. Temas como la polca, el segundo tema del concierto que estaba ambientado en Alemania, otro tema que estaba dedicado a los que iban a pescar el bacalao, que son los pescadores vascos, que hacían esas rutas tan largas hasta Terranova a coger el preciado pez, ésta no es otra que la Ruta del Bacalao; esos pescadores que arriesgaban sus vidas yendo a buscar ese preciado habitante de las profundidades tan abundante hace años, y que era tan barato -mis padres cuando vinieron de Castilla a Bilbao, como no tenían mucho dinero comían todos los días patatas con bacalao; era la comida de los pobres-. Otra cosa que me pareció graciosa, fue que cada músico ponía su nota festiva en un momento u otro del concierto; el concertinista en un momento no se acordaba de cómo empezaba una canción y tuvieron que darle las notas y los tonos para poder empezar, hasta que empezó, que fueron como dos minutos, entre las risas cariñosas del público y los comentarios jocosos de la banda.

A otra cosa, el comportamiento del público, ejemplar, sobre todo una polca que se bailaron dos personas ya conocidas en los círculos de Residence. El bailarín más tarde se puso en la puerta solo a machacarse las piernas durante un rato, hasta que ya no pudo más y se puso rojo como un tomate, porque la cerveza hizo el resto... Luego entraron una pareja que por la forma de vestir me chocó que viniesen a ver un concierto de estas características, lo máximo que habrán ido a ver será Oskorri... Gora ta gora beti... y dale que te pego Patxi!!! Bueno, pero estoy convencido que dentro de sus amistades comentarán el concierto gratamente y estoy seguro de que lo que hicieron les pareció una gamberrada sin precedentes en sus vidas, porque se quedaron hasta el final a ver el espectáculo, como todo el sufrido y fiel público de Residence.
Y como diría Cervantes para terminar un libro: VALE.

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