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domingo, 11 de febrero de 2007


PINK FLOYD – UNA HISTORIA EN CINCO CANCIONES

Hola amigos, esta vez me he puesto a escribir no sobre una canción en exclusiva, sino de una cadena de cinco canciones del disco de Pink Floyd – The Wall. Las canciones son: HEY YOU!/IS THERE ANYBODY OUT THERE?/NOBODY HOME/VERA/BRING THE BOYS BACK HOME. Para mí es la parte más reseñable de este disco, o al menos, en ciertos momentos como estos días de invierno, me apetece escuchar de vez en cuando canciones tristonas y otoñales como éstas. ¿Alguien ha oído hablar de Vera Lynn? Alguien si va a un supermercado y va a la sección de cedés de ofertas, posiblemente verá un doble disco de Vera Lynn. Yo no la he escuchado, pero parece que es una de esas cantantes de música ligera que cantaban después de la Segunda Guerra Mundial, para levantar la moral a la gente. Todo esto os sonará un poco raro, pero Vera Lynn tiene mucho que ver con esta serie de canciones, ya que la canción “Vera” dice así: ¿Se acuerda alguien de Vera Lynn?/¿Recordáis que dijo que nos volveríamos a encontrar en algún día soleado? ¡Vera! ¡Vera! ¿Qué ha sido de ti?/ ¿Alguien más aquí siente lo mismo que yo? Creo que es una letra breve pero muy intensa diría yo. En fin, vamos a empezar comentando las canciones citadas en las primeras líneas.

Estas canciones están ubicadas al principio del disco 2, que todo el mundo metido en el tema, ya sabrá. La canción “Hey You”. Pues la canción empieza con un arpegio de guitarra excepcional. Es un arpegio profundo y delicado, seguido de unos toques de bajo que anuncian que algo muy triste está ocurriendo; y de eso es de lo que va la canción: de la soledad del ser humano en este mundo deshumanizado. Empieza a cantar David Gilmour: ¡Eh tú! Ahí fuera en el frío, quedándote solo, haciéndote viejo, ¿puedes sentirme?, ¡Eh tú!, el que está de pie en el pasillo, con los pies escocidos y sonrisas marchitas, ¿puedes sentirme?... no les ayudes a enterrar la luz... Básicamente de lo que estamos hablando es de la situación actual en la que nadie se mira a la cara por las mañanas cuando va en el autobús o en el metro, que a nadie le importa nada, que nadie se preocupa por nadie y un largo etcétera de situaciones lamentables que vivimos a diario por la deshumanización de las personas. El disco está grabado entre 1979 y 1980 y ya apuntaba maneras de lo que era el mundo moderno en los “alegres” años 70. Estoy diciendo que este disco sólo se podía grabar en aquellos años cuando había más actitud ante los problemas, más vinculación con la vida social de la calle, más preocupación activa o pasiva. En fin, que no estoy diciendo que nos estemos comiendo la cabeza, pero sí que estemos alerta ante lo que ocurre.

¿Seguimos en el hilo musical? Sí. En el medio de la canción, después de daros un discursillo, hay un doblaje de guitarra, que no es exactamente un solo de guitarra, pero es una obra maestra de Mister David Gilmour; es una maravilla técnica oírle tocar de esa manera tan sentida. Un solo perfecto. Seguidamente siguen cuatro líneas que a cualquiera le enferma el simple hecho de escucharlas: Pero sólo era fantasía, el muro era demasiado alto, como puedes ver. No importa cómo intentó escapar. Y los gusanos se le comían el cerebro... Precioso... Y al final de la canción aparece la voz de Roger Waters, en la línea de la primera estrofa, acabando con esta frase: JUNTOS RESISTIMOS, DIVIDIDOS CAEMOS.

La segunda canción que os comentó, es una canción corta pero también muy intensa, es de las más emotivas que he escuchado. Empieza la canción con el sonido del sintetizador de Mister Richard Wright, y una frase repetida varias veces: IS THERE ANYBODY OUT THERE? -¿Hay alguien ahí fuera? Pues seguimos con el tema recurrente de la primera canción, que es la soledad. Después de que desaparece la voz, entran un par de guitarras españolas, haciendo un doblaje maravilloso, que te pone la carne de gallina.

Viene el tema bombazo de las cinco canciones: NOBODY HOME. Si alguien ha visto la película de Alan Parker – The Wall – con música de Pink Floyd. En la escena en la que sale esta canción, está Bob Geldof viendo películas antiguas de guerra, de esas películas que ponían durante la guerra para dar ánimos a la gente, que son totalmente propagandísticas, está en una habitación en la que sólo hay una tele, una lámpara de pie y un sofá, y mientras está en el sofá no hace nada más que cambiar de canal, eso que hoy día se llama “zapping”, pero yo lo llamo “cambiar de canal”. La letra de la canción habla de las cosas que tienes en una casa, pero que muchas de ellas, pasando el tiempo las amontonas, y no te sirven para nada. –“Tengo un pequeño libro negro con mis poemas dentro/Tengo una bolsa con un cepillo de dientes y un peine dentro/Cuando soy un buen perro, algunas veces, me echan un hueso dentro/Tengo gomas elásticas sujetándome los zapatos/Tengo tristeza por esas manos hinchadas/Tengo trece canales de mierda para escoger en el televisor...”

Después de decir todas estas cosas que tiene, cosas de esquizofrénico, porque el disco entero está dedicado a Syd Barrett, y también otros discos de Pink Floyd; Syd Barrett: ese diamante que brilla y un día dejó de brillar por meterse en el cuerpo más mierda de la cuenta. Lógicamente la canción habla de Syd Barrett, leyendo unas cuantas cosas de la canción como estas: Tengo manchas de nicotina en los dedos, tengo una cuchara de plata en una cadena, tengo un soberbio piano para colocar mis restos mortales, tengo salvajes ojos penetrantes, tengo un fuerte deseo de volar, pero no tengo a dónde volar, ooooh pequeña cuando cojo el teléfono, sigue sin haber nadie en casa, tengo un par de botas Gohills, y mis raíces están marchitándose. Cuando uno ha visto la portada del disco de Syd Barrett – The Madcap Laughs - , se puede imaginar uno esta letra tranquilamente, porque Syd Barrett en esa famosa foto tiene unas pintas que ni te cuento... Resumiendo, la letra de la canción habla sobre lo que siente un enfermo mental ante lo que le rodea, que en este caso es aislamiento.

Seguidamente, viene la canción “Vera”, que ya he comentado antes, que Roger Waters canta con una sensibilidad digna de Tim Buckley. Es una canción profundamente nostálgica, de un ayer que existió y el protagonista de la historia lo repite en su cabeza todos los días y se pregunta por qué nadie se acuerda de Vera Lynn, y está solo pensando que es el único que sabe de la existencia de Vera Lynn.

Para terminar con el rollo que os he contado, ahora ya puedes traer a los chicos de vuelta a casa. Así es como reza el título de la canción: BRING THE BOYS BACK HOME. Aquí no hay lugar para la imaginación. En la película se ven a todos los chicos volviendo de la batalla, algunos lisiados, otros sordos, otros locos, vamos todo muy bonito, cosas que sólo nos pasan a nosotros –los proles- Y los chicos volvieron sanos y salvos de la guerra, pero volvieron con unas heriditas, que con un poco de mercromina y agua oxigenada se irán con el tiempo...

Bueno, señores y señoras, saludos desde mi búnker.

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